¿Cómo nació la Eufonía?

“Estas breves memorias están dedicadas a todos aquellos que intuyen la arcana función y el rol de la Música en la Vida, y son una invitación a penetrar en ella y regocijarse en esta fuente inagotable de belleza y verdad.” Daniel Levy

La Eufonía, como nombre y palabra llena de significados, se presentó a mi escucha interior en una ocasión especial, durante una meditación frente a una maravillosa escultura egipcia que representaba la cabeza de Anubis, con sus orejas atentas y verticales que todo parecían oír.

La palabra se presentó de golpe y quedó anclada en lo más profundo de mi sentir, sin ninguna explicación ulterior, y sin ninguna idea de aplicaciones posibles, pero claramente con el sentido de su plenitud de significados.
Permaneció en el corazón como si hubiera sido un regalo, un signo, una indicación, una sugerencia, una señal importante, y transcurrieron varios años de intenso estudio y experiencias de vida y musicales cuyo atravesamiento debo agradecer profundamente por las muchas puertas abiertas a la amistad y la familiaridad cotidiana con los grandes compositores, a los que se unieron enseñanzas fundamentales de símbolos, psicología, filosofía y espiritualidad universales. De improviso apareció, fuera de toda duda, el estrecho vínculo con la música de todos los pueblos. Una semilla que se estaba desarrollando lentamente para germinar en un futuro y ser útil a muchos, para recordarnos esencialmente nuestro ser Sonido, el Sonido de la Vida, y para hacer presente en nuestra memoria llena de olvidos el Arte de la Escucha como premisa indispensable para el crecimiento y bienestar de la persona humana.

La germinación de los primeros brotes ocurrió en Venecia, espacio privilegiado para la Música y sitio de confluencia de la sabiduría de Oriente y Occidente, unos años antes del resurgimiento de la palabra Eufonía.

Todos los presentes quedaron fascinados con la experiencia inusual de la Escucha profunda que revela nuestro ser más escondido, desde la transformación que resuena hasta el fluir de energías sanadoras que liberan y depuran tanto la mente como las emociones.

Recuerdo, como si fuera hoy, la Escucha de la Novena Sinfonía de Bruckner realizada con este bello grupo, y cómo sus movimientos mostraron claramente a todos los presentes atentos esos paisajes desconocidos de una gran extensión luminosa en el horizonte, frente a cada uno, como en una gran visión panorámica similar a un sendero a recorrer. Solo el Sonido y la Música pueden evocar una síntesis tal y presentarla como una guía segura y benéfica.

Desde aquel día, hace ya 40 años, la Eufonía permanece viva como una Fuente siempre presente y abundante que ofrece sus néctares infinitos. Y se confirma como clave central para el desarrollo y la educación integral del ser humano.
Desde ese momento miles de personas han estado en contacto con la Eufonía, atesorando la enseñanza y las experiencias a través de ejercicios, escuchas, cursos, conciertos, grabaciones musicales especiales, transmisiones radiofónicas, libros e imágenes de artes visuales.

Actualmente la Eufonía, con su función educativa, ético-estética y formadora, sigue difundiendo cada vez con más potencia las gemas del conocimiento y la sabiduría perenne de los misterios del sonido y la música, accesibles a todos.”

Daniel Levy